El oído no es inmune al paso del tiempo. Con los años su ‘maquinaria’ se resiente y no es hasta ese momento cuando, por lo general, uno comienza a preocuparse. Además del factor tiempo, la predisposición genética y otros factores externos influyen en el deterioro del canal auditivo. En nuestra mano está retrasar o evitar sus consecuencias, ya que los trastornos en la audición derivan en otros problemas de salud.

El volumen a raya

La exposición frecuente y continuada  de sonido por encima de los 85 dB daña los oídos. No se trata de no asistir por ejemplo a conciertos, pero sí de tomar las debidas precauciones como la utilización de tapones o desplazarse por el recinto en busca de una zona más tranquila.

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El uso inadecuado de cascos para escuchar la radio o la música podría producir hipoacusia. Lo primero, baja el volumen hasta el grado en donde ninguna persona que esté a tu alrededor lo pueda escuchar y no superes los 15 o 20 minutos de escucha seguida al día.

Olvídate de los bastoncillos

Solo utiliza estos palitos de algodón para limpiar el exterior de la oreja, nunca los introduzcas en ella. Hay que dejar que el oído lleve a cabo su proceso natural de limpieza expulsando la cera al exterior.

Si nos picase, nunca introducir cuerpos extraños para intentar aliviarnos. No solo nos exponemos a que estos se queden dentro, sino a desarrollar una infección.

No abusar de los tapones

Solo si el sonido es excesivamente elevado conviene utilizar este tipo de elementos, preservando siempre su higiene. Quien los utiliza por norma para dormir o estudiar facilita la expulsión del cerumen necesario para el anteriormente citado proceso de limpieza, lubricación del canal y protección frente a hongos y bacterias.

Alerta agua

A la hora de la ducha hay que tener en cuenta la cantidad de agua que se puede introducir en nuestros oídos. Una volumen excesivo fomenta la eliminación del cerumen e incluso podría llegar a desplazarlo provocándonos una oclusión del canal auditivo.

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En los sitios públicos como las piscinas o el agua del mar, no solo se debe tener en cuenta este factor. Si sumerges la cabeza en estas aguas podrías incluso llegar a contraer alguna infección

Ante cualquier molestia en el oído o ante el primer síntoma de falta de audición no dudes en acudir a un especialista para que pueda evaluar tu situación y hacerte un diagnóstico adecuado.