El embarazo es un momento fundamental para cuidar la salud de nuestro futuro bebé. La prevención es la clave para evitar futuros problemas auditivos. El desarrollo del sentido de la audición en el feto y en el bebé supone las partes estructurales del oído externo y medio que se desarrollan en las primeras 20 semanas de la gestación y llega a ser funcional como tal aproximadamente a las 25 semanas.

Estos son los consejos a las embarazadas que os damos desde Oír Vital:

Evitar ruidos por encima de los 80 dB. Superar este límite puede causar problemas auditivos al bebé, por lo que las embarazadas deberán abstenerse de permanecer en lugares que superen este límite. Hay que tener en cuenta que una mujer embarazada puede protegerse (con tapones en los oídos por ejemplo), pero el bebé queda totalmente expuesto al ruido. Aunque el líquido amniótico y el útero amortiguan el sonido, no debemos olvidar que los sonidos de baja frecuencia (voces graves, sonidos bajos de la música, petardos) se amortiguan peor que los agudos.

Un estudio sueco ha demostrado que se produce un aumento del riesgo de hasta un 80% si se trabaja en entornos laborales ruidosos.

El hecho de que la madre sufra alguna enfermedad infecciosa, como la rubeola y el sarampión, especialmente durante los primeros 3 meses, puede provocar este problema, por lo que se recomienda a las mujeres que quieran quedarse embarazadas que se vacunen antes, si no lo están ya.

Evitar el uso de medicamentos ototóxicos (un grupo de más de 130 fármacos entre los que se encuentran gentamicina, kanamicina, estreptomicina, tobramicina y algunos diuréticos) durante el embarazo. Recuerda que si estás embarazada, deberás consultar con tu médico antes de tomar cualquier medicamento.

Cuando una mujer embarazada se infecta con el citomegalovirus (CMV), puede transmitirlo al bebé antes del nacimiento, durante el parto o al amamantarlo. La infección congénita de CMV es una de las causas principales de la pérdida auditiva en los niños. Para evitar este virus, es fundamental mantener una correcta higiene, lavándose las manos con frecuencia, sobre todo si tienes contacto con niños pequeños.

Una alimentación deficiente durante el embarazo puede hacer que el bebé sufra discapacidad auditiva. Se debe llevar una alimentación sana y equilibrada. Es importante que la mujer embarazada tome el yodo necesario durante la gestación.

No fumar ni beber alcohol. El tabaco puede influir negativamente en el desarrollo de la cóclea en el oído interno, mientras que la ingesta de alcohol durante la gestación puede producir alteraciones auditivas.

En el parto, el sufrimiento fetal o la prematuridad son factores de riesgo. También los partos difíciles y prolongados pueden predisponer al niño a la sordera. Por ello es importante contar con un buen equipo médico que ayude a minimizar los riesgos.