No hay imagen más tierna que un niño hablándole al vientre de su madre embarazada. “Dile algo a tu hermanito, que él te escucha”. Aunque la capacidad auditiva del feto no es tal como el pequeño imagina, sí que son capaces de percibir sonidos pero ¿de qué manera?, ¿cuándo? ¿puede afectar a la conducta el mensaje que les transmitamos? ¡Respondemos estas cuestiones!
Hasta el quinto mes la audición del bebé no está formada, así que hasta ese momento no serán capaces de captar ningún sonido aunque no lo reconozcan. Este sentido no está lo suficientemente sofisticado para que sea capaz de responder con estímulos hasta un mes más tarde y no es hasta la semana 26 cuando sus ojos responden según el sonido.
Entre la 28 y la 35, el oído está ya aparentemente maduro y adquiere la habilidad de distinguir fonemas. Pero no es hasta la semana 35, es decir, hasta la recta final del embarazo, cuando reconoce la voz de la madre y responde de manera selectiva a los sonidos.
Cuidado con el ruido
Los fetos escuchan con mayor intensidad, debido a la proximidad, el latido del corazón de su madre, los ruidos intestinales y la voz de la madre. Aquellos que proceden del exterior están atenuados por el líquido amniótico, así que reciben aquellos entre 20 y 50 dB.
Cabe destacar que aunque no exista un estudio concluyente sobre la pérdida de audición de bebés por la exposición al ruido durante su gestación, sí que hay evidencias que relacionan ambas cuestiones.
Es en los meses inmediatamente posteriores al parto cuando se puede manifestar este tipo de discapacidad. Es por ello, que toda la familia debe estar alerta ante los síntomas que manifiestan un posible trastorno auditivo del pequeño