En el campo de la prevención de riegos laborales, el control sobre los niveles de ruido a los que están expuestos los trabajadores es muy importante. Se trata quizá de uno de los riesgos laborales más comunes y menos considerados, con un 30% de la población trabajadora expuesta a más de 85dB (decibelios) durante su jornada laboral. Se sabe que tras unos 35 años de exposición prolongada a este volumen de ruido, al menos un 9% de los trabajadores desarrollará sordera profesional*.

¿Por qué no prestamos más atención a este problema?

Uno de los principales motivos es el «daño invisible» que produce el exceso de ruido. La sordera profesional no muestra síntomas hasta que está avanzada, ya que el daño suele ser progresivo y paulatino. Cuando somos conscientes de ello, es probablemente demasiado tarde. Además, en muchas ocasiones el ruido no es percibido como un riesgo o no se realizan las evaluaciones pertinentes para delimitar los niveles de exposición.

¿Cómo saber si padezco sordera profesional?

Es posible que sufras daños por exceso de ruido en el trabajo si puedes identificarte con alguna de estas afirmaciones:

  • Te cuesta seguir una conversación cuando habla más de una persona a la vez.
  • Te resulta más difícil oír los sonidos agudos que los graves.
  • Tus familiares y amigos te dicen que pones la radio/televisión muy alta.

A parte de los efectos auditivos, estar expuesto a altos volúmenes de ruido en el entorno laboral puede provocar otros efectos secundarios no relacionados con el oído, como un aumento de la frecuencia respiratoria, trastornos del sueño, irritabilidad, alteraciones en la agudeza visual, etc.

Como siempre, desde Oír Vital queremos hacer hincapié en la prevención. Estudiar nuestra tolerancia al ruido y los niveles diarios que soportamos en nuestro puesto de trabajo puede ser esencial para mantener una buena salud auditiva.

*Guía de salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido. BOE