Las personas que padecen algún tipo de problema auditivo o sordera completa han sido considerados hasta la alta Edad Media como discapacitados intelectuales. En la labor de borrar ese estigma, derribar barreras y construir puentes comunicativos han aportado su granito de arena diversas personalidades nacionales e internacionales duchas en muy diversas disciplinas.

El monje benedictino Pedro Ponce de León, nacido a principios del S.XVI, se le considera el padre de la enseñanza de las personas a nivel mundial, aunque existen estudios que atribuyen este mérito al fraile Castellano  Vicente de Santo Domingo.

Pedro Ponce de León

Pedro Ponce de León

Junto a estos, el logopeda Juan de Pablo Bonet goza del reconocimiento de ser de los primeros en interesarse en el desarrollo comunicativo de la comunidad sorda. Es el autor de la obra ‘Reduction de las letras y Arte de enseñar á ablar los Mudos’ el primer tratado moderno de fonética y logopedia que establece los mimbres para la enseñanza oral de los sordos mediante el alfabeto manual.

Juan de Pablo Bonet

Juan de Pablo Bonet

La contribución a la comunidad sorda de Alexander Graham Bell, conocido por la invención del teléfono,  fue también notable. Ideó el ‘discurso visible’, un sistema que facilitaba la comprensión del lenguaje a las personas con dificultades auditivas mediante la lectura de los labios y las distintas posiciones de la lengua y la garganta al hablar. Bell inventó el audiómetro para medir el nivel de audición en las personas y el antecedente del fonógrafo moderno.

Alexander Graham Bell

Alexander Graham Bell

El personaje que, sin duda, supuso un salto cualitativo en la mejora de la audición de las personas con deficiencia en este terreno fue el estadounidense Miller Reese Hutchinson, con la invención del audífono. Con tan solo 26 años lanzó al mercado el Acousticon el 15 de noviembre de 1901 que con el paso de los años se iría modernizando hasta los actuales aparatos digitalizados que caben en el interior del conducto auditivo.

Miller_Reese_Hutchison

Miller Reese Hutchison

Los doctores Graeme Clark, Ingeborg Hochmair y Blake Wilson consiguieron un hito para la ciencia médica: recurperar la audición en personas con sordera profunda mediante el implante coclear. (no todas pueden tratarse con este dispositivo)

Graeme Clark, Ingeborg Hochmair y Blake Wilson.

Graeme Clark, Ingeborg Hochmair y Blake Wilson.

Los antecedentes de esta arriesgada operación se remontan a 1957 cuando los doctores Djuro y Eyries insertaron un hilo de cobre en el interior de la cóclea a un paciente sordo y éste pudo percibir algunos sonidos.