Una alimentación sana y equilibrada es uno de los elementos preventivos clave para mantener nuestra salud a ralla, sobre todo a medida que vamos cumpliendo años. Esta máxima también se aplica al terreno de la audición. Aunque todavía no hay estudios determinantes que establezcan una relación directa entre un determinado alimento y la capacidad auditiva, sí que existen varias investigaciones que evidencian su vínculo a algunas vitaminas y nutrientes.

La Academia Americana de Otolaringología demostró en 2009 cómo el ácido fólico disminuye hasta en un 20% la posibilidad de perder audición en hombres mayores de 60 años.  El estudio explica cómo éste disminuye los niveles de homocisteína en el organismo, este aminoácido es el principal causante de algunos tipos de pérdida de audición.

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El ácido fólico lo encontrarás en la carne, verduras de hoja oscura como espinaca, esparragos y en cereales integrales.

La vitamina A está también asociada a una baja incidencia de pérdida de audición relacionada con la edad, según un estudio japonés que recoge la revista hearit.es. Los alimentos ricos en vitamina A combinados con vitamina C, E y magnesio trabajan para prevenir la formación de radicales libres que aparecen bajo la exposición al ruido intenso.  Los lácteos, los huevos, las verduras rojas y amarillas. En la lista: calabaza, zanahorias, batata o camote, melón, melón cantalupo, calabacín, albaricoque, toronja, brócoli, espinaca y mayoría de hortalizas de hoja verde…

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La falta de calcio provoca osteopenia, disminución en la densidad mineral ósea que puede ser una condición precursora de osteoporosis,  y para evitarla es clave la vitamina D que es la encargada de su absorción.  La leche, yogures, la mantequilla o margarina contienen importantes cantidades de esta vitamina, así como el atún o la yema de huevo.

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En otro orden, existen substancias perjudiciales para nuestra sistema auditivo y que debemos evitar en exceso. Entre ellas, la sal, ya que aumenta la presión arterial y reduce la cavidad de los vasos sanguíneos, reduciendo el flujo de sangre hacia los mismos.