Es muy frecuente que los pasajeros de un avión sientan molestias o taponamientos a lo largo de un vuelo. En los casos más leves se trata de pitidos o zumbidos, pero en casos más graves puede llegar a ocasionar mareos o vómitos. ¿Por qué se producen estas molestias? Fundamentalmente, se debe a los cambios de presión que se producen al cambiar de altitud. Es por eso que, aunque en menor medida, también ocurre al subir o bajar un puerto de montaña, practicar el buceo o al atravesar un túnel. El volumen de aire en el oído aumenta al subir la presión y disminuye cuando esta desciende.

¿Qué podemos hacer para evitar estas molestias?

Conviene saber que no es recomendable exponerse a cambios de presión en el oído en caso de resfriados, alergias, procesos inflamatorios rinofaríngeos agudos y crónicos, a no ser que sea imprescindible.

En caso de notar el “taponamiento”, podemos practicar la maniobra de Valsalva, es decir, expulsar el aire forzosamente, tapando la nariz y cerrando la boca, al tiempo que se cierra la glotis. También se recomienda mascar chicle o chupar un caramelo, pues estimulamos la producción de saliva y tragamos más, favoreciendo la apertura de la trompa de Eustaquio. Esto también se consigue bebiendo un gran vaso de agua. Y otro de los trucos es algo tan sencillo como bostezar para equilibrar el aire dentro de nuestros oídos. Asimismo, debemos intentar mantenernos despiertos durante las maniobras de despegue y aterrizaje en un vuelo, pues es el momento donde las subidas y bajadas de altitud son más acusadas y si estamos dormidos, nuestro mecanismo de deglución está ralentizado.

Recuerda que estas molestias son pasajeras, por lo que si pasados unos días no has experimentado mejoría, deberás acudir a tu médico.