La misofonía significa literalmente «odio al oído», un problema que incluso puede causar miedo a las personas afectadas. También se conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido (SSS). Les resulta insoportable escuchar según qué sonidos: el sonido de alguien carraspeando, sorbiendo sopa a tu lado, mascando chicle, el sonido de niños hablando, etc.

Esto sucede porque el sistema nervioso y el sistema límbico responden de forma desproporcionada a sonidos normales. A pesar de que estos sonidos no superan los decibelios considerados «normales», el sistema auditivo se activa de forma anormal y la reacción es similar a alguien que padece estrés o ansiedad. En ocasiones puede llevar a reacciones de ira extrema.

Hasta 2013 no se consideró un desorden psiquiátrico y es que este término es bastante reciente: se acuñó por primera vez en 2001 por dos neurocientíficos estadounidenses: Pawel y Margaret Jastreboff.

Al ser un desorden tan reciente, no existen muchos datos al respecto. Lo que si se sabe es que la reacción en la mayoría de los casos es violenta y que algunas personas afectadas han tenido que abandonar sus trabajos por miedo a golpear a compañeros porque no pueden soportar sus ruidos.

 

Tratamiento

Al ser tan reciente, todavía no existe cura ni un tratamiento definido. En estos casos se están aplicando terapias cognitivas para intentar comprender cómo se siente el individuo y cómo le afecta.

Lo peor es que en estas ocasiones, los misófonos son considerados histéricos y malhumorados y se sienten incomprendidos.