El nivel de ruido en el entorno en el que vivimos puede llegar a tener un gran impacto en nuestro bienestar. El entorno en el que más a gusto nos encontramos es nuestro hogar, que se distingue como un sitio de descanso y cobijo. Sin embargo en muchas ocasiones hasta en casa estamos expuestos a ruidos constantes e incesantes. Este puede provenir del tráfico externo, de los vecinos, de la habitación del hijo adolescente. En una sociedad con programas de televisión continuos, consolas, ordenadores y música, la amenaza para nuestra audición está en todas partes. Pero en nuestros hogares por lo menos, es donde podemos hacer algo para cambiar las cosas y cuidar nuestra salud auditiva.
Existen muchas formas de tratar con estos problemas y reducir el ruido, y es por esto que en Oir Vital nos hemos tomado el tiempo de buscar pequeñas soluciones que te puedan ser utiles. Pensamos que ser conscientes del ruido al que estás expuesto es el primer factor importante para dar el paso a cambiar las cosas. Por esto, se pueden tomar una serie de precauciones y medidas para marcar la diferencia en casa. Las alfombras, muebles tapizados, cortinas y demás materiales blandos absorben gran parte del ruido que se produce. Además de eso, las estanterías, paredes y techos en ángulo ayudan a romper los sonidos. Lo que hace que el nivel que recibes es más leve. En cambio, los materiales duros y las superficies lisas reverberan el ruido y en muchas ocasiones hasta lo amplifican. Además, las enormes habitaciones multiuso en las viviendas de hoy en día, contribuyen a aumentar los niveles de ruido en comparación con los hogares con más habitaciones separadas y puertas que no dejan pasar el ruido.
Por esta razón, si poner cortinas y tejidos blandos es insuficiente, se puede considerar la posibilidad de utilizar material aislante en techos y suelos. Algunas clases de puertas y ventanas también proporcionan una mejor barrera contra el ruido que otras. Pero el cambio depende de nosotros mismos, las pequeñas cosas como acostumbrarnos a bajar la música o la televisión y mantener unos niveles de sonido sensatos es bueno para nuestro estado de bienestar, además de para nuestros familiares y vecinos, que pueden estar viéndose afectados por los niveles de ruido que toleramos en nuestras casas.
Sin embargo en la mayoría de ocasiones, los problemas de ruido en casa no es comparable al ruido en zonas públicas. En sitios como restaurantes o calles el ruido es tan sofocante que es imposible de ignorar. En cuanto al entorno moderno de algunos restaurantes la decoración de hoy en día juega un gran papel en el nivel de ruido que se pueda llegar a crea. Los suelos sin alfombras y paredes descubiertas pueden hacer que la cena sea una experiencia muy ruidosa. Más aún los suelos y techos de hormigón descubiertos pueden hacer que las habitaciones sean increíblemente ruidosas. Los sonidos de las conversaciones se reflejan en paredes y suelos con una pérdida de energía muy pequeña. Por esta razón el ruido parece que se autoperpetúa. Lo que lleva a que las personas hablan más alto para que se les oiga, y a su vez produce un aumento del nivel de ruido.
Fue por esta razón que la revista Londinense New Scientist llevó a cabo una investigación para medir los niveles de ruido en los restaurantes de la ciudad. Y tras la investigación se recomendó que los camareros usarán tampones y poner estos a la disposición de clientes que quisieran usarlos. Al parecer, la propuesta se llevo a cabo, y los resultados del estudio fueron asombrosos. Aquellos que no se sentían inseguros por ponerse los tapones durante la velada, disfrutaron más de la velada, pudieron discutir más temas con sus amigos con mayor facilidad, y el ambiente en el restaurante se hizo más ameno. Es por esto que concienciarnos a reconocer el ruido, es muchas veces el primer paso para deshacernos de el.