En muchas ocasiones la pérdida de audición  es una consecuencia natural del envejecimiento, en estos casos se denomina como presbiacusia. Sin embargo, otra causa muy común de la pérdida de audición es la exposición al ruido. Vivimos en un mundo ruidoso, y en una lucha constante por ser escuchados. Estar expuestos al ruido incesante en el entorno laboral, la música, los motores, los conciertos, locales y discotecas nos producen cada vez más daños auditivos.

Sin embargo, es difícil preocuparse en evitar este problema, sin antes entender cómo y por qué ocurre. Por tanto es fundamental conocer cómo funciona el oído. Nuestro oído está formado por tres secciones: el oído externo, el oído medio y el oído interno. Estas partes funcionan entre sí de manera que es posible escuchar y procesar los sonidos. El oído externo, o pabellón auricular, capta las ondas sonoras que luego viajan a través del canal auditivo externo.

Una vez las ondas sonoras llegan al tímpano, situado  en el oído medio, este comienza a vibrar. Las vibraciones causadas por el tímpano mueven tres huesos diminutos; el martilloyunque y estribo, que ayudan a que el sonido avance en su recorrido hacia el oído interno.

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Una vez ahí, estas vibraciones viajan hasta la cóclea, una cavidad llena de líquido y recubierta por células que tienen miles de cilias diminutas en sus superficies. Hay dos tipos de células ciliadas: las externas y las internas. Las vibraciones sonoras provocan el movimiento de las cilias diminutas. Las células ciliadas externas captan la información sonora, la amplifican y la afinan. Las células ciliadas internas envían la información sonora al nervio auditivo, que luego la envía al cerebro, lo que te permite escuchar.

Sin embargo padecer problemas de audición significa que hay un impedimento en el proceso auditivo. Esta pérdida de audición puede ser, conductiva, sensorial, mixta, neural o central.

La pérdida de audición conductiva ocurre cuando hay un problema en el oído externo o medio. En la mayoría de los casos la pérdida de audición conductiva suele ser leve y temporal, ya que el tratamiento el tratamiento médico puede ser de ayuda. Por otro lado, la pérdida de audición sensorial ocurre cuando la cóclea no funciona correctamente porque las diminutas células ciliadas están dañadas o destruidas. En estos casos los problemas de audición son para siempre. Asimismo, la pérdida de audición neural ocurre cuando hay un problema con la conexión entre la cóclea y el cerebro lo que implica que el nervio que transmite los mensajes está dañado. Por último está la pérdida de audición central, que ocurre existen partes del cerebro que no responde a estimulo auditivo, aunque la cóclea funciona correctamente. Este tipo es menos frecuente y más difícil de tratar.

Por tanto te recordamos que la salud de tus oídos está en tus manos. Todavía estás a tiempo de cambiar los hábitos, no te expongas a ambientes de ruido constante sin necesidad. Hasta tus oídos, se merecen de vez en cuando un descanso. Y si empiezas a sufrir problemas de audición, no dejes que se adueñen de tu vida. En Oir Vital nos importa que puedas seguir con tu día a día sin problemas, es por eso que nuestros audífonos son la mejor solución.